miércoles, 3 de febrero de 2010

artificieros

"En tierra hostil", Kathryn Bigelow 2009

El signo de los tiempos programa la agenda del cine palomitero , y así muchos de los últimos héroes de acción hollywoodiense suelen ser o bien científicos, o bien poseedores de importantes conocimientos técnicos: ahora que las batallas consisten en apretar botones y neutralizar terroristas, las sinapsis son más útiles que los cuádriceps. El cambio de paradigma entre la heróica musculoca ochentera y el action hero geek se ejemplificó certeramente en “La jungla 4.0”, en la que un atónito Bruce Willis se veía obligado a retirarse a un segundo plano ante el hecho de que la resolución del problema terrorista requería de unos conocimientos informáticos de los que su fibroso cuerpo carecía. Ejemplos de esa inteligente mutación heróica se cuentan por docenas: todos los protagonistas de Roland Emmerich son ingenieros o escritores, tenemos “Minority report”, Bourne que maneja la tecnología con tanta soltura, los frikilondios de Matrix, “Ultimatum a la tierra”, “Hulk” o el mismo “Iron man”… La guerra es cada vez más un videojuego hipertecnológico en el que la testosterona no sirve frente a las alambicadas y silíceas amenazas del mundo post 11s.
No obstante, el viejo soldado recio y adicto a la adrenalina explosiva se resiste a morir: el frente requiere de espíritu marcial a la vieja usanza, y cojones bien puestos: si vas a la guerra, o tienes las pelotas como balones de baloncesto, o estás caput. Eso al menos parece creer la señorita Kathryn Bigelow, que en su último thriller bélico intenta articular ambos prototipos heróicos (el vintageable soldado testicular y el nuevo militar tecnófilo) en la figura de un curioso artificiero 2.0 desactivando explosivos en Irak con la frialdad y temperamento del eterno Superhombre mata-malotes. Una película abrumadoramente aclamada (¡¡94 de media en Metacritic!! ¡¡¡¡un 100 en el antiguamente progre New Yorker!!! ¡¡¡¡¡9 candidaturas a los oscars!!!!), hecho incomprensible dada su naturaleza de film muy menor cuya estupenda efectividad no es ni mucho menos merecedora de semejantes alabanzas. Los críticos aprecian especialmente un detalle: se trata de una película bélica a la vieja usanza (de la misma estirpe que “La colina de la hamburguesa”, “Platoon” o las de Sam Fuller sobre la WWII) que, transcurriendo en Irak, no muestra ningún tipo de sentimiento de culpa ni posicionamiento ideológico al respecto: transcurre en Bagdad como podría transcurrir en Saigon, porque el contexto es sólo el pretexto para poner al día un viejo tópico que a mí me parece completamente fascista: la guerra es una droga, una montaña rusa de experiencias límites no apta para acojonados. Tierra hostil, tierra de héroes.

La Bigelow, ahí donde la tenéis, era una ídolo friki a principios de los 90, cuando los nerdos la teníamos en un altar junto a Renny Harlin, Tony Scott y John MacTiernan como renovadores noventeros del cine de acción post-MTV. En su trayectoria cuenta con un clásico de culto (“The loveless”, que en España vimos en Canal + comisariada por Cabrera Infante), un clásico friki (“Los viajeros de la noche”) y un clásico generacional incontestable: la superpopera “Le llaman Bodhi”, inolvidable blockbuster de culto imperecedero. Y en esta “En tierra hostil” mantiene lo mejor y lo peor de su cine: su indudable capacidad para crear tensión, una realización videoclipera al máximo, vigor narrativo de acero, y el gusto por el supermacho sin ironías en situaciones de máxima exigencia: un animal indomable que no lucha por su patria, sino por el subidón egoísta de una contienda siempre abstracta. Es una excelente película de acción que encandilará a los que coleccionan miniaturas de tanques alemanes y se saben las diferencias entre un Kalashnikov y una MG40, los panolis que gustan de la moral sumisa del “¡Señor, sí, señor!” y siguen los fascículos de “Hazañas bélicas” (¿¿¡”hazañas bélicas”!??). Pero… ¿qué ven los críticos en esta obrita perfectamente resuelta, modernita al máximo, pero tan inerte emocionalmente, tan torpe y mediocre en sus tímidas elucubraciones morales? ¡Se ha llegado a decir que es el Apocalypse Now en Irak! Su neutralidad moral es saludada con mucha simpatía por la crítica yanky, que debe estar harta del sentimiento de culpa por la que han montado en Oriente: ahora, parece ser, toca hablar de la guerra no como fenómeno político o social, sino como pulsión innata a (algunos) hombres (¿heróicos?) El punto fuerte de la peli es la intensidad de sus escenas de acción, narradas de manera inmejorable, pero en cuanto terminan las batallitas y los soldaditos se ponen a charlar, el nivel baja hasta lo sonrojante: es como si “La chaqueta metálica”, “La delgada línea roja” o “Salvar al soldado Ryan” no hubiesen existido, y el post-pacifismo del 2010 consistiese en asumir que la guerra es un impulso vital cuya virilidad cavernícola es mejor no explicar con demasiada socarronería. Formalmente brillante y renovadora, pero extremadamente clásica en su actitud, la Bigelow desaprovecha la oportunidad de radicalizar ese planteamiento (o, sencillamente, hacerlo coherente) si se hubiese atrevido a renunciar completamente a esas tres o cuatro concesiones al sentimentalismo (algún niño huérfano por aquí, un padre de familia por allí…) que hieren de muerte a un film que de este modo se muestra cojo en lo esencial: su concepto. Si hubiese sido valiente, el film sería defendible como estricto ejercicio de fisicidad y tensión, pero le falta la personalidad que se requiere para obviar los guiños pacifistas que, dada la naturaleza del film, más que innecesarios resultan entorpecedores. Es como si en “Reservoir dogs” se mencionase lacrimógenamente a los hijos huérfanos de los fallecidos: no ha lugar.

En el fondo es simpático que una peli así, que “no se moja” sobre el asunto irakí en los tiempos que corren, esté nominada a tantos oscars. La sublime “Malditos bastardos” renovó el género bélico con su óptica tan femenina, folletinesca y pop, y en la gala de este año veremos si Hollywood apuesta por el videojuego de la Bigelow (una película hecha con el estómago) o la verbena de Tarantino (un film hecho con el estómago…y con el cerebro y con el corazón). En dada2000 tenemos claro por quién apostaremos en la timba… aunque los premios de la academia no significan nada, depauperados al máximo cuando una starlette resultona-y-poco-más como Pe lleva la friolera de (cágate) tres candidaturas en cuatro años.

10 comentarios:

  1. cómo va?

    ya has encontrado a jacob?

    ResponderEliminar
  2. uff está muy desmadrao el rollo... me ví el resumen y el s08e01 pero faltando tres mnutos se cortó el megavideo... en fín, me da la impresión de que ya es demasiado inconexa, han llegado a un punto en el que todo es aceptable, lo cual veremos si termina en algo interesante o no.
    apuesto a que la clave es: jacob es la madre de locke reencarnada en el cuerpo del hermano de jack en busca de una venganza contra sawyer. akgo así.

    ResponderEliminar
  3. jack no tiene hermano, no te enteras de nada

    -x-

    ResponderEliminar
  4. ¿no te enteraste? la koreana es el hermano de jack, se hizo cambio de sexo, hay que estar más atento
    c

    ResponderEliminar
  5. vengo de ver la cinta blanca, leo ahora tu crítica sobre ella, y, coincido con tu punto de vista. mañana hablamos. ch.

    ResponderEliminar
  6. pero eso fue en el flashforward del flashback que apareció en un spin-off de la cuarta temporada, a raíz de un spoiler subliminal en Los Soprano, ya se vio que no era cierto en varios pre-air de esta temporada, simpelmente fue un callejón sin salida para incluir un crossover, vamos, que fue un falso jumping the shark con la intención, no digo que mala, de lograr un decente cliffhanger de la 5 temporada.

    A ver si te enteras, PEPINO

    -x-

    ResponderEliminar
  7. lo que sí que te digo es que el jacob tiene un culito precioso. de verdad!

    ResponderEliminar
  8. culo veo culo quiero

    -x-

    ResponderEliminar
  9. los pelos del culooo no mi dejan durmir...riariau

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.