miércoles, 25 de noviembre de 2009

Lutero y Calvino vs. Paul Gascoigne: The Office



1. Estoy flipando con la versión inglesa de "The office", que llega a mi PC tarde, mal y nunca. Las sinopsis de los episodios son negras como el carbón, y los sutilísimos gags muerden el la yugular de la maquinaria productiva capitalista, aprovechando la manga ancha que la cultura siempre concede al que dice lo indecible con la carta blanca del humor. La serie funciona especialmente bien como plasmación esperpéntica de un cierta (y muy cierta) atmósfera, que se trasmite con una exactitud inapelable: el momento estático (no se sabe si es por la mañana o por la tarde), los tiempos muertos haciendo sudokus, los silencios tensos, las miradas furtivas al reloj, los protocolos interpersonales asfixiantes, la lucha de clases (y de egos) en todas y cada una de las conversaciones... Como cartografía del paisaje interior de las "agencias", no tiene precio, rumiando los despojos humanos de la moral calvinista, prisioneros de un mecano cuyo motor es la competitividad y del que son participantes inapetentes únicamente por falta de alternativas. La desgana de esos trabajadores se analiza desde la complicidad con su vacío cotidiano, desde la alienación de unos jornaleros encerrados en un universo sin ventanas, y que como todo burócrata o intermediario, coreografía su vida laboral limitándose a mover papeles y pulsar botones. La oficina, el templo de la sociedad de la información: un no-lugar vulgar, hortera, ansiógeno y opresivo. ¿Por qué los arquitectos se esfuerzan tan poco en hacerlas más habitables?
2. "La misteriosa transubstanciación de Dios en el mercado"
La Iglesia, como siempre, sigue organizando nuestras vidas: como muy bien expuso en su día el alemán Max Weber, el sistema capitalista no es tan secular como se nos dice, porque la cosmogonía que lo sustenta es aquella basada en la purificación del pecado a través del trabajo. Nuestra sociedad vive compulsivamente la ética del trabajo, un laborismo existencial que mide la dignidad de las personas en función de su sacrificio en aras de la productividad. La ética calvinista exige trabajar, independientemente de la utilidad o consecuencia de la labor realizada: el esfuerzo es un imperativo divino. Ese "trabajar por trabajar", non-stop y 24/7, es lo que nos ha esclavizado en este sistema que produce objetos inútiles ad nauseam, y cuyo origen no es la codicia materialista: es el culto al trabajo como método ensordecedor contra el alarido de la punitiva moral divina.
3. Esta ética anglosajona (como bien dice Weber, el capitalismo ha traído prosperidad a las naciones de religión mayoritariamente protestante) ha calado en nuestro imaginario de un modo aterrador. "Operación triunfo", por ejemplo, cimentó su éxito en presentar, como alternativa a la vagancia de los Grandes Hermanos, a unos gañanes sin talento que sin embargo alcanzaban el éxito gracias al esfuerzo y el trabajo, valores que eximen a dichos triunfitos de cualquier otra cualidad (personalidad, discurso, innovación, ideas). Y de algún modo, esa sacralización del trabajo puede fomentar el borreguismo: al proletario se le van dando gallifantes y palmaditas en la espalda en función de su esfuerzo. Pensar no entra en esa transacción, ni en la mente del prejubilado que se alegra por Bustamante al ver en él a un modelo moral, por su entrega y su ahínco.
4. Sorprendentemente, el fútbol es paradigmático de lo que os cuento. Cuando, como ayer, veo los partidos en la tasca, escucho en boca del personal frases que me dejan asombradísimo: "es que no corren", "son unos vagos", "con lo que cobran, tendrían que dejarse los cojones en el campo"... El futbolero suele sentir simpatía por los equipos que consiguen cierta dignidad en base a correr y correr hasta la extenuación, mientras que el jugador de talento natural que no se toma esas moletias es juzgado como un vulgar gandul. El espectador balompédico siente un morboso sadismo contra el triunfador perezoso, y gusta de verse representado en esos equipitos luteranos formados por chavales sanotes, currantes, esforzaos y un poco tontainas. Es una peculiaridad muy provinciana del fútbol español.
Inglaterra, paradójicamente dadas sus raices protestantes, tiene su particular "The office" futbolística: la tradición golfa de los George Best, Eric Cantona o Paul Gascoigne, jugadores todos ellos muy carismáticos que destacaron tanto por su eficacia sobre el terreno de juego, como por sus dislates fuera de él. Ídolos que lo son porque no necesitan esforzarse para triunfar, que hacen las cosas a su manera y cuya lúdica rebeldía entretiene y enamora al proletariado. Algo muy cercano al rock and roll, subversivo en su desinterés por la ética y la estética de Lutero y Clavino que nos han metido doblada los yankis.
Uno de los futbolistas más oidados del país es, por los motivos que he expuesto, Guti, claro. Mientras Raúl se levanta para ir a misa y Guardiola se empolla los partidos de la Premier, nuestro hortera nº1 vuelve de juerga vestido de fashion a lo GQ. Dice que no le gusta el fútbol especialmente. La monta cuando puede, y si no le apetece no se esfuerza: actúa como nuestra mejor arma contra el imperialismo de la moral luterana, y como un icono dada2000.

13 comentarios:

  1. Aiiiiins...Graciassss:

    http://img228.imageshack.us/img228/6937/2l3nfbyz4.jpg

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  2. Qué tal el libro del Porta ese?

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  3. el libro, llevo 50 páginas y realmente espectacular, su punto de vista es 100% dada2000, pero mucho más serio y a la vez muy cavernícola. genial.
    hoy buscaré info sobre deporte y transexualidad, si sabes algo avisa

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  4. http://www.youtube.com/watch?v=P3Uv39Lrj7o

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  5. grande yorch!!! yo de mongui me los perdí 8-(

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  6. A la pregunta de porqué los arquitectos no hacen oficinas más habitables yo creía tener respuesta, pero viendo que tú conoces mejor que yo el mundo de la arquitectura, ya no me atrevo a afirmarlo tan rotundamente. Pero básicamente siempre pensé que el hecho de diseñar oficinas gigantes para que quepan cientos de personas no me parecía un intento de ahorrar espacio en muros, sino más bien un modo de acercarnos al aspecto más negativo de la cultura nipona, el aumento de la productividad creando salas-vagones-de-metro, espacios en los que el desconocimiento de los compañeros (tantos y pertenecientes a distintos equipos, sin crear espacios de intimidad mediante biombos y evitando que la gente navegue por internet al estar a la vista de todos) de trabajo induce de manera subliminal a meter la cabeza en el monitor del ordenador, a no levantarse y a no mirar a la cara a nadie y no a convertir lugares de trabajo en plataformas que induzcan a la comunicación al estar las mesas enfrentadas entré sí, sino a todo lo contrario, a aislar con objeto de que los trabajadores se centren en su trabajo. Gente hormiga es lo que se consigue.
    ¿Habrán hecho las multinacionales, que cuentan con equipos de psicólogos de RR.HH. algún estudio para ver cómo fomentar el trabajo aún a costa de disminuir las condiciones de habitabilidad? Cuando hay dinero de por medio, me creo lo peor; si medimos las cosas por el factor del poderoso caballero, parece que la teoría funciona.

    César

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  7. http://deportes.aol.com/fotos/deportistas-transexuales

    Te sale un contenido flash, vete pasando las fotos (hay 9)...acabo de flipar con Robert Millar, el ciclista.

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  8. Estimado tocayo: soy arquitecto, y en esta profesión hay muuucha gente que se dedica a investigar al margen del mercado, buscando propuestas, digamos "utópicas" que no necesariamente pretenden ser construídas. Hay mucha vivienda de vanguardia, y mucho urbanismo teórico, pero el tema de la oficina no parece entrar en el debate.
    Hace poco, para un concurso frustrado, hablaba con mis compañeros de la posicilidad de plantear oficinas que, ambientalmente, se pareciesen a una vivienda: ergonomía, aire fresco, vegetación, atmósfera hogareña... antes las oficinas tenían mucho aparataje (archivos, grandes máquinas, papel...) pero hoy en día con un PC , un enchufe y conexión a la red tienes casi todo.
    en USA, como casi siempre, están cambiando estos modelos espantosos de oficinas-cárcel, y en Sillicon Valley se buscan despachos mucho más domésticos y cercanos.
    Vic: luego miro eso, gracias tío, estoy muy rayado con los trannies, que son quizás los grandes parias de la sociedad

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  9. un texto que me ha encantado:


    http://www.ladinamo.org/blog/?p=658

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  10. me es imposible ir a la conferencia...
    si al llegar quieres quedar avisa, sino ya nos vemos mañana fijo que habrá que bajar a tomarnos un lago, no?????
    raquel

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  11. http://www.elmundo.es/elmundolibro/2004/11/22/no_ficcion/1101149470.html

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  12. Hola hermenéutico...Que tal Izaskun Chinchilla?

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